Así creo que dice una canción de Vicentico.
Me gusta esa canción... y a ratos me siento bastante identificado con esa parte.
Los caminos de mi vida no han sido para nada como yo esperaba o creía... y al parecer, siempre tienen sorpresas (agradables y de las otras) para mi, quizá para que no me aburra (ja).
Recuerdo que el año pasado, en esta misma fecha, estaba en el sur de Chile, más al sur de Cochrane, en paisajes rodeados de verde, con muchísima vegetación, de distinto tipo, y con mucha lluvia (a pesar de ser verano).De más estaría decir que yo estaba increíblemente feliz en un lugar como ese... paz, tranquilidad, un climas más o menos benigno (porque cuando hacia frio, hacía frio).
Ahora, los caminos de la vida, me llevaron al otro lado de Chile... específicamente a Copiapó, y desde antes de aterrizar ya se veía que la situación sería completamente distinta...Sería ilogico pensar que sería de otra manera, considerando las características del clima presentes en la región.
Esta foto la tomé cuando iba camino del aeropuerto hacia la ciudad de Copiapó, aprox. 50 km de viaje. En fin... como uds verán, las cosas son bastante distintas, y eso me recalcaba más las vueltas que ha dado mi vida.
Un año pasando frio, trabajando con buena compañia en unos paisajes llenos de vegetación, y muy entretenido y felíz, y al siguiente casi muerto de calor, solo, en un paisaje casi pelado (cerca de Copiapó hay algunos cultivos de uvas y otras frutas), y con un fuerte deseo de terminar luego para irme a mi casa...
¿Qué me depara el destino, en sus constantes vueltas, idas y venidas? no tengo ni la más mínima idea, y a ratos creo que es mejor así... siempre trato de estar preparado para todo, pero no falta lo que desarma mis planes... quizá de esa manera me acostumbro a improvisar, y a ordenar las cosas en el camino, ya que en mi vida parece que no hay un camino claro... tengo que ir haciéndolo al andar.
